Comenzamos con un audio. Una invitación sencilla, pero potente: cerrar los ojos y reflexionar sobre el modelo de consumo en la moda. Una pausa para abrir espacio. Una provocación suave, pero necesaria. Queríamos remover algo, aunque fuera una pregunta. Un “¿y si…?”
Después vino lo nuestro. Lo que nos nace: jugar. Crear con lo que ya tenemos. Montamos una pequeña demo de styling en vivo, con prendas que todos podríamos encontrar en nuestro armario: camisas, pantalones, sudaderas, americanas, pañuelos… y, por supuesto, nuestro bolso 084, dando el toque final y aportando su magia.
Iniciamos con una camisa masculina. Esa prenda infinita, que se transforma cuando dejamos de verla como lo que “debería” ser. La volvimos asimétrica, la anudamos bajo el pecho, la duplicamos abotonándola consigo misma. La convertimos en algo nuevo sin cortarla, sin coser, sin comprar. Solo mirando distinto.
Seguimos con propuestas para personalizar los pantalones: pequeños toques con lazadas o incluso llevándolos por encima de las botas, demostrando que, muchas veces, el estilo está en los detalles más cotidianos.
También nos atrevimos a mezclar estilos: una americana clásica combinada con una sudadera nos abrió un mundo de posibilidades. Mezclamos lo clásico con lo urbano. Lo masculino con lo femenino. Lo estructurado con lo libre.
Descubrimos, otra vez, que la moda puede ser un juego, una herramienta, una excusa para ser tú mismo. En ese momento nos dimos cuenta de algo muy poderoso: con lo poco que tienes en tu armario, puedes hacer grandes cosas. Solo necesitas mirar con nuevos ojos, dejarte llevar y, sobre todo, atreverte a salir de la zona de confort. Porque en esa incomodidad, muchas veces, habita tu versión más auténtica. La que no busca aprobación. La que se viste para sentirse bien. Para hablar sin palabras.
Esta sesión fue mucho más que moda. Fue un espacio para parar, conectar, expresar. Nos llevamos ideas, sí. Pero también miradas, silencios, emoción. Porque, al final, de eso va Dueñas: de ser tú. De probar. De equivocarte. De jugar con la moda. Y, sobre todo, de hacerlo tuyo.
Muchas gracias al Museo del Automóvil y de la moda de Málaga por abrirnos sus puertas.
A Mar, Elvira y todo el equipo, por hacernos sentir como en casa.
A Begoña, por guiarnos con tanto cariño.
A Soraya, por aportar ese toque tan auténtico. Con sus gafas, su manera de estar, su energía… fue todo un regalo compartir esta experiencia contigo.