A lo largo del camino, hemos tenido que enfrentarnos al miedo. Es un temor que nunca desaparece del todo, pero con el tiempo hemos entendido algo fundamental: ya no buscamos solo comprar un producto. Las calles están llenas de gente que no solo quiere comprar algo; quiere vivir una experiencia. Se habla mucho de la constante búsqueda de la felicidad, y hemos aprendido que esa felicidad no viene de un objeto, sino de una combinación de factores que estamos trabajando en ofrecer.
Quién copia, lo hace superficialmente, porque la intención que hay detrás de una creación no se puede imitar. La buena vibra no se copia, se genera. Y eso es lo que nos motiva: crear vibras positivas y experiencias auténticas.
Siempre estamos agradecidos, y lo decimos en cada publicación. No es solo una formalidad; es algo que realmente sentimos. A la gente le gusta sentirse valorada, y lo notamos. Ya no basta con un simple «gracias por su compra». Queremos que cada persona que se acerque a nosotros sienta que lo que ofrecemos es algo especial, algo pensado para ellos.
El viernes, presentamos nuestro nuevo producto ante aquellos que pudieron asistir al evento. Lo hicimos sin miedo, sin preocupaciones. Porque lo que estamos creando no es solo un objeto más. Es una intención. A lo largo de este año, hemos escuchado, hemos observado, analizado, y aprendido de todos. Somos un equipo que prefiere crear sus propias reglas, y esa tarde fue la culminación de todo ese proceso.
El apoyo, la emoción, el ambiente que se generó… Eso no se logra con un simple objeto, sino con la forma en que lo presentamos, en cómo lo vendemos, y en la vibra que todos creamos juntos. Y hoy, domingo, la resaca emocional que queda después de ese gran día es real. Pero es una resaca que nos llena de satisfacción, orgullo y ganas de seguir adelante. Porque esto no es solo un negocio; es una experiencia que estamos viviendo y compartiendo con todos ustedes.
Gracias por ser parte de ella.