Nos rodeamos de amigos discretos… pero soñadores, nivel:“¿Y si mañana lo dejamos todo y montamos un bar?”De esos que parecen vivir en segundo plano, pero en realidad están escribiendo su peli sin pedir permiso ni perdón.
Las que hablan de vértigo, de lo invisible, de qué harías si no tuvieras miedo.De si el éxito no fuera el ruido, sino la paz.Nos unieron las ideas, la sensibilidad, y esa energía medio punk, medio zen, de los que no encajan… pero encajan perfectamente entre ellos.
Y sí, a veces las ideas se nos escapan.Nos pisan las prisas, nos abruma la red, nos da miedo repetirnos.Y justo cuando estamos a punto de apagarlo todo, alguien nos escribe, y entonces todo vuelve a latir.
Porque esto no va solo de empoderarse.Ni de modas.Va de encontrar espacio donde solo había esquinas.De dejar de pedir permiso.De sentirte parte, cuando pensabas que siempre ibas por libre.
¿Qué hacemos aquí?Pues eso: aquí estamos.En este blog, en este proyecto, en este altar imperfecto donde nos dejamos el alma.A veces con estilo.A veces con nostalgia.A veces con una copa de vino en la mano y el eyeliner torcido.Pero siempre de verdad.
Somos hijas del desorden bonito.De los “no sé, pero quiero intentarlo”.De los domingos sin plan que acaban siendo leyenda.De las notas de voz que suenan a terapia encubierta.De las ideas que aún no tienen forma… pero ya nos emocionan.
Somos las que hablan de lugares, de artesanía, de nuestros rinconcitos,pero también del miedo a no gustar,del gusto de no tener miedo,del vértigo y el goce de hacer algo propio sin manual.
Y, ojo, hemos madurado. Estamos en nuestro prime.El de verdad:El que se ríe de sus errores, pero nunca de los de los demás.El que ya no quiere tener razón, sino estar en paz.El que no le teme al ridículo, porque ahí está la chispa.
Como me gusta decir (los que tienen pueblo lo saben),en la vida hay dos tipos de personas:las que van a la verbena a enterarse del cotilleo…y las que van a bailar, se lían y, sin quererlo,se convierten en el chisme del día siguiente.Y tan felices.
Normales no, gracias.Que nunca se nos pase lo raro.Que nunca se nos acabe lo loco.Y que, si algún día sentimos que no tenemos nada nuevo que decir,nos volvamos a mirar y recordemos:
¿Somos la historia que queríamos leer?