Nosotras somos una marca del sur, y amamos profundamente el sur. El sol, las cañas con calma junto al mar, la vida que se contagia sin pedir permiso. Pero siempre dijimos que somos un poquito de sur y un poquito de norte. Que miramos más allá sin dejar de abrazar lo de aquí. Porque aunque la confección española sea de las mejores del mundo, y tengamos la suerte de confeccionar en una de las mejores zonas de marroquinería, muchas veces son los países del norte quienes primero aprenden a valorar ese trabajo hecho con manos expertas, con cabeza y con corazón.
Yo sueño con que llegue un momento en el que sepamos reconocer lo nuestro. En el que recordar que lo local importa no vaya acompañado de comparaciones ni recelos. Que entendamos que , la lucha también es cuidar lo que hacemos en casa, que la comunidad no es un concepto romántico sino una forma de vivir.
En Dueñas lo decimos mucho: comprar bien para sentirte mejor. Empieza cuando aunque algo no te afecte directamente, sabes que la lucha es de todos. Que juntos somos más fuertes. Que el progreso nunca es una competición entre territorios, sino un diálogo sereno que aprende de cada lugar.
Adoramos Copenhague, claro que sí. Admiramos su ritmo, su innovación, su capacidad de ser centro sin necesidad de ser protagonista. Pero también sabemos que para avanzar no hace falta mirar hacia arriba con envidia, sino hacia dentro con convicción.
Porque al final, el sur y el norte, los reales y los simbólicos, se tocan. Y ahí, justo ahí, es donde Dueñas quiere seguir su historia.